"El amor a todos los seres vivos es el atributo más noble del hombre".

- Charles Darwin

09 mayo 2007

Alerta: No debemos automedicar a nuestras mascotas


Aunque la automedicación en los animales no es muy tomada en cuenta, es una situación que tiende a ser más delicada que en el caso de los humanos, ya que al no saber exactamente la dosis correcta, de acuerdo al peso y especie, en la mayoría de los casos podemos causarles una sobredosis, crearles intoxicaciones e incluso provocarles la muerte a nuestras mascotas mimadas.

Este es un problema muy arraigado en Latinoamérica, donde tenemos como mala costumbre y de "buena fe" este asunto de la automedicación, por lo que además de medicamos a nosotros los humanos, también medicamos a nuestros animales sin la consulta de un médico veterinario.

Constantemente se habla de los riesgos de la automedicación en seres humanos, pero pocas veces nos hemos detenido a pensar los riesgos que podemos causarles a los animales. En el caso del hombre, una mala automedicación se puede detectar más rápida y fácilmente, porque la persona identifica claramente los efectos no deseados y puede buscar ayuda. Mientras que nuestra mascota no puede entender que le pasa ni mucho menos decirlo.

Es común que la gente compre medicamentos para tratar alguna “enfermedad” (o mala interpretación de la misma) de sus animales sin la asesoría o prescripción de un médico, tan sólo porque alguien se lo haya comentado o por comparación humana. Partiendo de esta base, no podemos restarle la importancia de consultar un médico veterinario para diagnosticar y tratar cualquier enfermedad de nuestras mascotas, pues es uno de los inconvenientes a los que más recurren las personas con sus mascotas.

Dentro de los mayores riesgos de la automedicación está, en primer lugar, el desconocimiento de los efectos primarios y secundarios del producto y, en segundo lugar, la dosificación, que en el caso de los antibióticos con el tiempo genera resistencia de las bacterias de ese producto. Aunque en ocasiones se puede llegar a la muerte, el inconveniente más recurrente que se da por la automedicación es la intoxicación. Por ello deben tener en cuenta que la droga que se emplea para los seres humanos es totalmente diferente a la de los animales. En este sentido es importante destacar, que en el caso de los gatos cerca del 80% de los medicamento humanos son mortales para estos animales.

Sin duda, las dosis son el riesgo más peligroso porque hay productos que pueden matar un animal. Generalmente cuando la gente automedica a un animal se basa en datos humanos, por lo que le dan antiflamatorios o analgésicos de humanos a su perrito, que para el hombre debe ser administrado cada 6 u 8 horas, pero los perros son muy sensibles a esos productos y pueden llegar a morir por sangrado gástrico.


Los casos más comunes e importantes son la aspirina, el acetaminofén y el ibuprofeno, fármacos que pueden ocasionar graves problemas. En el caso de la aspirina, dependiendo de las dosis puede ocasionar irritación gástrica pudiendo ésta llegar a ulceración y, en casos más graves, a hemorragia. Los gatos pueden desarrollar anemia e hipoplasia de médula ósea; también pueden desarrollar necrosis hepática.
La sobredosificación de acetaminofén puede conducir a toxicosis rápida (sobre todo en los gatos, donde se presenta hemólisis y anemia); igual que con la aspirina, se puede desarrollar necrosis hepática, especialmente con la administración crónica.

Entre los principales síntomas de intoxicación o sobredosis que podemos observar están: vómito con o sin sangre, gestos de dolor abdominal, aumento de las respiraciones y de la temperatura, edema en la cara, depresión, orina pardo oscura, ictericia (color amarillento en piel y mucosas). En caso de no ser tratado inmediatamente puede avanzar a coma y muerte. Los gatos presentan signos más graves y progresión más rápida.


Con todo esto, la asesoría y supervisión de un médico veterinario retoma mayor importancia a la hora de medicar a nuestras queridas mascotas, pues su papel es el de evaluar los efectos y dosificar cuál es el medicamento que requiere un paciente, por eso su función principal es la de diagnosticar. Los veterinarios son los únicos capacitados para saber cuál es el efecto de un determinado medicamento y como va a contrarrestar la enfermedad de un animal.

Recomendaciones
Si usted no puede costear los servicios de un veterinario, la mejor recomendación es que verifique con alguna asociación protectora de animales para que le oriente o en última instancia acudir a alguna tienda de mascotas o agropecuaria que cuente con la presencia de un médico veterinario, para así no incurrir en problemas graves para la salud de sus animales.


Dato curioso
Algunos animales cuentan con la capacidad de automedicarse. Un ejemplo de ello es el caso descubierto por Michael Huffman y Mohamedi Seifu, cuando trabajaban en el Parque Nacional de las montañas Mahale en Tanzania, cuando observaron que los chimpancés que tenían gusanos intestinales se comían la médula de la planta Veronia que tiene terpenos, los cuales son tóxicos. La dosis que se tomaban los chimpancés era suficiente para matar a los gusanos intestinales, pero no para matar al primate. También es común ver perros y gatos olfateando en la maleza alguna planta para masticar que les alivie problemas de digestión.

Fuentes consultadas:
* Jennifer Höving/Correodelcaroni.com
* Juan Pablo Gallo/LaPatria.com

Imágenes: © Charles Mann/Corbis

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