La columna de hoy me la inspiro una hermosa Guacamaya que conocí hace unos días. Aunque en realidad no es su belleza la que hoy me lleva a escribir estas líneas, sino más bien la pequeña jaula en la que se encontraba presa, en un espacio tan escaso que le impedía tan si quiera extender sus alas.
De más está decir (pensaba yo) lo cruel que resulta tener a un ave presa en una jaula, cuando podemos ver lo feliz que son cuando vuelan libres por los cielos, en bandadas de un árbol a otro, siguiendo el ciclo normal de la naturaleza, buscando sus frutas, apareándose y multiplicando su especie. Pero el ser humano es tan egoísta que no sólo la aparta de su habitat natural, sino que la encierra y aísla, entonces, esta ave pasa el resto de su vida tras una rejas, sola, sin poder hacer lo que más le gusta: volar.
Uno de los principales causantes de esta problemática es el tráfico ilegal de fauna silvestre. Los animales silvestres, así como sus subproductos (pieles, dientes, plumas, entre otros), se venden diariamente en los mercados locales de América del Sur y también se comercializan internacionalmente. Los indicadores más contundentes de la pérdida de la biodiversidad y del daño ecológico son la extinción de especies y el incremento en el número de las especies amenazadas, que en el caso de las aves vivas es una cantidad anual de 2 a 5 millones. Por lo menos el 30% de las 140 especies de loros, pericos, guacamayas y cotorras están de alguna forma amenazadas de extinción por la acción del hombre.
En este sentido la ONG Vitalis empredió la campaña “Tu casa no es su casa: Los animales silvestres no son buenas mascotas, déjalos vivir en libertad”. En sus investigaciones Vitalis indica que: las especies silvestres, a diferencia de las domésticas, necesitan sobrevivir en el ambiente natural. Nuestro hogar y en particular las jaulas, aunque sean muy bonitas o confortables, no son el medio más adecuado pues suelen atemorizar y neurotizar a los animales, y en el caso de las aves les ocasionan daños en las plumas, patas y picos.
Todos los años, después de las fechas festivas, se observan personas vendiendo pichones de loros, guacamayas, pericos y monos, provenientes de ambientes silvestres. Este comercio ilegal ha continuado proliferando y el número y tipo de especies se ha venido diversificando, encontrándose diversos animales en los mercados de ciudades tales como: Caracas, Barquisimeto, Maracay y Valencia, donde traficantes instalados en estos establecimientos populares son capaces de ofrecer y conseguir cualquier especie para sus potenciales clientes.
Pero hay que pensar en todo lo que está detrás de este mercado, pues para quitarle la libertad a estas especies generalmente se tumban los nidos, y otras veces hasta un árbol completo, muchas veces se asesina a la madre para poder quitarle a la cría, como sucede en el caso de los araguatos y perezas.
Otro problema que se asoma aquí es que si tu tienes un ave, mono, o cualquier otra especie silvestre en tu casa y al leer estas líneas te dio remordimiento y te provoco dejarla libre, YA NO PUEDES HACERLO, pues generalmente no pueden ser reintroducidos a su medio natural por múltiples factores: No son aceptados por sus similares, no saben buscar refugio ni alimentos, son portadores de enfermedades no presentes en las poblaciones silvestres y no saben defenderse de depredadores. SIMPLEMENTE YA NO SOBREVIVIRÍAN.
Entonces si el daño ya esta hecho, y ya la tienes en tu casa, más bien trata de propinarle un lugar lo más parecido a su casa, donde haya árboles, frutas, y espacio suficiente como para que se sienta no libre, pero si menos presa.
Créditos - Cortesía de:
Lic. Berenice Sulbarán / Columna Zona Verde… Buena vibra para el planeta! / Revista Maracay Extrema
2 comentarios:
Muchas gracias por citar nuestra campaña.
Un cordial saludo de toda la gente de VITALIS
Diego Diaz Martin
Presidente
Este mensaje me ha puesto a pensar. Tengo una lucha con un vecino quien tiene un guacamayo ENCERRADO en una jaula muy pequeña pues el ave siquiera puede darse la vuelta y menos extender sus alas. Cacarea a menudo porque frecuentemente le falta agua y comida y he estado tentado a liberarlo.
Será que existe alguna ley que favorerzca a estos animales a ser tratados de forma mas humana. Existe algún organismo al cual recurrir en defensa de ellos? Está permitido tener enjaulados a cualquier especie? Sé por ejemplo que a los turpiales no pueden enjaularsele por ser ave nacional y que la GN los decomisa.
Publicar un comentario